Histórica y culturalmente la vejez se ha asociado con la etapa de retiro de la vida laboral y social a una vida cotidiana restringida y de pasividad. Sin embargo, las nuevas aproximaciones a la vejez y el envejecimiento indican que las personas mayores tienen experiencias significativas a seguir desplegando y pueden mantenerse socialmente activas y participativas.
Hoy, existe inquietud por la presencia de personas mayores que sufren de soledad y pueden aislarse y clausurar interacciones con otras personas.
La soledad en las personas mayores es una realidad compleja y multifacética que va más allá de la simple ausencia de compañía. Se pueden identificar varios tipos de soledad que afectan a este grupo etario, cada una con sus propias causas y formas de abordaje. Entre las más comunes se encuentran la soledad emocional, la social y la existencial.
La soledad emocional surge cuando falta una conexión afectiva significativa, como la que puede brindar una pareja, un amigo(a) íntimo o un familiar cercano. Esta forma de soledad puede ser particularmente dolorosa, ya que implica una sensación de vacío afectivo. Suele acompañarse de malestar psicológico, frecuentemente vivido como una depresión y/o expresarse en malestares físicos. Para enfrentarla, es esencial fomentar vínculos significativos a través de redes de apoyo, como grupos comunitarios, clubes de adultos mayores o actividades recreativas donde se promueva la interacción emocional genuina.
Por otro lado, la soledad social se relaciona con la falta de contacto regular con otras personas. Esto puede deberse a la jubilación, cese de actividad laboral, los desarraigos, la pérdida de amigos o el alejamiento de la familia. A menudo, las personas mayores experimentan una reducción drástica en sus interacciones cotidianas, lo que puede llevar al aislamiento. Una forma eficaz de combatir esta soledad es la participación activa en la vida comunitaria, el voluntariado o el uso de tecnologías que faciliten la comunicación a distancia, como videollamadas o redes sociales.
Finalmente, la soledad existencial es más profunda y está relacionada con el sentido de la vida, la muerte y la percepción del propio valor. Puede aparecer incluso cuando la persona no está socialmente aislada. Para abordarla, es importante ofrecer espacios de reflexión sobre el propio proceso que se está viviendo, aceptando los cambios que se experimentan en estas nuevas etapas y revisar los nuevos sentidos de vida posibles. También considerar la posibilidad de acompañamiento espiritual o psicológico, y actividades que ayuden a los mayores a reconectar con sus pasiones, su historia de vida y sus legados.
¿Puede la soledad ser un placer?
Es importante saber que la soledad tiene un significado dual, pero a menudo su lado negativo, más cercano a la depresión, es el que domina al otro. Existe el concepto de “solitud” (que viene de la traducción inglesa) refiriéndose a ella como un momento de recogimiento e intimidad, que se contrapone al concepto de aislamiento y como un momento por el cual se opta libremente.
Entonces, ¿es buena o mala la soledad?
La soledad es una condición mental, una sensación o sentimiento, que puede ser constructiva, si se gestiona bien, pero si no es así puede conducir a estados depresivos.
Enfrentar la soledad en la vejez requiere un enfoque integral que combine el fortalecimiento de redes sociales, el acceso a apoyo emocional y de salud y la valoración de la experiencia de vida del adulto mayor. Adoptar un estilo de vida activo y reconocer que la soledad no es simplemente “parte de envejecer”, sino una condición que se puede prevenir y tratar, es el primer paso hacia un envejecimiento más humano y digno. Y en una dimensión más individual cultivar el buen humor y las creatividades, que “constituyen recursos que refuerzan los vínculos sociales y sostienen los recursos psíquicos a lo largo del envejecimiento” y permiten desarrollar el proceso de resiliencia durante la vejez” abonan para una soledad mejor vivida.
Fuentes bibliográficas
- Comino, Inés María y Sánchez, Clara “Envejecimiento saludable”. Ed. Catarata.2018.
- Cyrulnik, Boris y Ploton,Louis, compiladores: “Envejecer con resiliencia”. Gedisa. 2014.
- Todaro Riccardo, “Sentimiento de soledad: qué es, cómo reconocerlo y cuándo pedir ayuda”.
- Herrera P. María Soledad, “Sociabilidad, aislamiento y soledad”, Sexta encuesta calidad de vida en la vejez 2022, Universidad Católica.
Dra Claudia Vinagre y Psic. Ana Cáceres
Junio 2025