Psic. Ana Cáceres Orellana
Psicóloga Universidad de Chile
Maestría ( e) de Ciencias Sociales Universidad Arcis.
Diplomados de Feldenkrais y Eutonía.
Talleres de P.R.H. (Personalidad y Relaciones Humanas)
Curso sobre ESC del IIN-OEA y Curso Sexualidad y Afectividad, Centro de Estudios de la sexualidad
de Chile.
En el recorrido profesional que he realizado, ya por varias décadas, he trabajado en distintos ámbitos laborales vinculados a programas de organismos de la sociedad civil y de servicios públicos, donde se atendía a adolescentes embarazadas y posteriormente a mujeres que habían vivido violencia doméstica, o mujeres de sectores populares, lo que implicó mucho activismo, profundas experiencias de articulaciones con otras mujeres, por ejemplo, la creación con otras de la Red contra violencia doméstica y sexual en los 90s. Asimismo, he estado en servicios donde se diseñaban lineamientos para responder a necesidades de la población femenina y actualmente para niños(as) y jóvenes, desde lo que podría definirse como psicología social.
Complementariamente he mantenido el realizar atención clínica, individual y grupal, en la óptica de acompañar los viajes personales para quienes han tomado la decisión de revisar sus situaciones personales o atender sus deseos de mayor desarrollo personal. Mi opción ha sido la corriente humanista desde que estudié psicología en la Universidad de Chile. Posteriormente participé, durante años, en las actividades de desarrollo de P.R.H (Personalidad y Relaciones Humanas), significativas para mi propio despliegue y reforzando mi visión acerca de la libertad y las posibilidades de cada persona de gestionar su crecimiento, de remirar sus heridas emocionales y resignificarlas, de encontrar nuevos sentidos a vivir e interactuar con otr@s. Enfoque psicoterapéutico que se me ha transformado en un enfoque más ecléctico, más holístico, dependiendo de lo que necesita a quienes acompañamos en sus desarrollos.
Para mí el proceso de convertirse en persona, tal como lo ha planteado Rogers, es un largo camino, en que importan todas las dimensiones de ser human@, incluida la conexión con el cielo y la tierra que nos sostiene, así como con aquello que corresponde a nuestra psiquis, el cuerpo y sus reclamos o bienestar, el espíritu y sus inspiraciones. Cada quien es un jardín que puede florecer, y en el que es necesario “maestrear”, asumiendo los cambios de los ciclos, las limpiezas de las malezas y el disfrute de lo que se cultiva y cosecha, con dedicación y paciencia. O como lo plantean Campbell y Shinoda Bolen, el viaje mítico y sus pruebas, y las enfermedades posibles o el encuentro de las bellezas y de la salud, de los dioses y diosas que pueden habitar-nos, de manera de llegar a buen puerto encada singular y única travesía. Todo por cierto, estos procesos humanos, de gran valor no sólo para quien lo vive sino también para quienes los comparten.
Marzo 2020