Ternuras Si - CasaFen - Foto de Reign Abarintos de Unsplash

TERNURAS SÍ

Ternuras sí, en la esfera de esos afectos que reconozcan nuestra humanidad desde la simplicidad y sus posibilidades, ternura como una de las dulces expresiones de afectos positivos de toda la gama que el amor implica. Y en esa gama positiva, las expresiones de las alegrías, y de las esperanzas. Ternuras como expresión de humanidad, de aprecio sencillo, de protección a otr@s.

Y reconociendo, dolorosamente, que existen muchas agresiones, enconos, rencores y violencias diarias en casas, instituciones, sociedades y presentes con sus dañinas consecuencias, en especial para quienes las sufren y las padecen en su vida diaria, malestar también para quienes las ejercen y deben hacerse responsables y no como violencias excepcionales, atribuibles a alguna “locura” temporal; las consecuencias de las violencias para algun@s, significan heridas emocionales, de distinto grosor, en distintos momentos de la trayectoria de vida, incluida la infancia, con las cuales- por un largo trecho- hay que lidiar y reparar.

Ternuras sí, porque expresan cordialidad, dulzuras, que son las antípodas de las agresiones y maltratos, que conllevan la intención de dañar. Y porque las ternuras hablan de potencialidades y habilidades, propias de la humanidad, que se pueden desarrollar para ese bienestar emocional al que tod@s aspiramos y que permite sostener/nos, más aún en tiempos difíciles, en tiempos de cambios de las realidades conocidas o simplemente para crecer sin mayores sobresaltos.

La evidencia desde la psicología, desde la sociología, apunta a que las violencias dan cuenta a expresiones de control y de abusos de poder, de un@s sobre otr@s, que tienden a permanecer en el tiempo; habitualmente para aquell@s visualizad@s como de una cierta inferioridad, o basadas en distinciones de género, de clase, de minoridad, muy internalizadas desde que nacemos. Abusos sostenidos en creencias erróneas y prejuicios, en los que se nos socializa a través de las prácticas de crianza y de educación; y también relevadas en los medios de comunicación, en productos culturales como las películas y series, en las escuelas y en las familias, en distintas instituciones, como las iglesias, en diferentes contextos socioculturales, que se traducen en nuestras relaciones interpersonales y que nos puede llevar a instalarnos en posiciones de opresor@s o de oprimid@s en nuestras relaciones afectivas, en nuestras relaciones laborales, en nuestras relaciones sociales. De aquí se desprende, y las evidencias lo muestran, la relevancia de la deconstrucción de estas creencias y la modificación de estas pautas de interacción aprendidas, en la necesidad de desmontar estos mecanismos en nuestras vidas, no importa la edad que tengamos, de asumir que nos “hacemos” en interdependencia con otr@… y de pasar al ejercicio de relaciones igualitarias, de vivir en nuestros vínculos de otro modo, de manera respetuosa, amable, motivadores.

Ya profesionales como l@s de Duluth, Minnesota, a comienzos de los 80s, que recogía los aportes de los feminismos de esa época, proporcionaron el denominado “Modelo de Duluth”, para trabajar con hombres que ejercían violencia con sus parejas, entendido como un asunto público y no privado, que integraba en sus abordajes la visión de la Rueda del poder y el control, como mecanismo de relaciones de pareja, que explicitaba las distintas violencias vividas en esos vínculos: la violencia sexual, la económica, la emocional y la psicológica, en modalidades activa o pasiva, incluido los chantajes, la manipulación con l@s hij@s, el aislamiento social y familiar, abusos de poder permanentes y con la posibilidad de establecimiento de algunos ciclos repetitivos, en los que se pueden dar fases de tensión acumulada, seguida de crisis aguda incluida violencia física y seguido de posibles arrepentimientos, tal como lo planteó Walker. Y su alternativa la Rueda de la igualdad/equidad como modelo de reaprendizaje y opción efectiva para construir relaciones paritarias con las parejas.

Y como se trata de mostrar posibilidades de cambios en nuestras relaciones actuales, por ejemplo, las relaciones afectivas, la gráfica de la RUEDA DE LA IGUALDAD muestra las dimensiones y conductas a ejercitar, en especial con nuestras parejas: responsabilidades conjuntas, negociaciones paritarias frente a conflictos (algun@s hablan del método “nadie pierde” para resolver conflictos), economía compartidas y una serie de conductas guiadas por la confianza, el trato respetuoso, la demostraciones de apoyo, en un inter juego cotidiano, con posibilidades de revisiones y ajustes, en un crecimiento acompañado, no sin algunos baches, en lo que cada quien tiene como su propósito o le dé sentido en su vida personal y compartida.

Rueda de la igualdad_equidad - Duluth - CasaFen
Rueda de la igualdad_equidad - Duluth - CasaFen

Desde otra vertiente, la de la pedagogía que libera, el educador Arnobio Maya, entre otr@s autores, ha señalado a la ternura como un aspecto de los sentimientos/emociones a integrar en los enfoques educativos, entre otros, en las familias y en las escuelas, que considere a cada persona en su singularidad y en sus características únicas, del modo de convertir los espacios de aprendizaje, en los que hay encuentros interpersonales, que nos permiten aprender y aprehender sobre el mundo, en conjunto con otr@s y de reconocer la vida afectiva como una dimensión significativa en nuestro desarrollo como personas y como integrantes de una comunidad.

En conclusión, abriendo las puertas de par en par a las ternuras y a las deconstrucciones de ciertas ideas preconcebidas que nos hacen infelices y abusiv@s o que sufrimos por los abusos, seguro llegamos a buen puerto. De ser necesario, se puede pedir apoyo en esos procesos. Ese puerto donde cobijarnos, donde ejercitar el aprecio, el reconocimiento mutuo y el propio, de aceptar las propias vulnerabilidades, de resignificar heridas emocionales y salir adelante, cuidar-nos, de estar presente en cada momento del día y ser personas más integrales, aportando a un mundo más amable.

Psic. Ana Cáceres
Octubre 2020