Psic. Andrea Bosco Prieto
Psicóloga - Universidad Central de Chile
Postítulo en Terapia Familiar y de Parejas - CHTF
Terapeuta Floral Sistema Bach
Desde que me titulé de psicóloga y realicé mi formación como terapeuta floral en el año 2003 que me he dedicado a la clínica. En mi vida, lo complementario y lo integrativo (aunque en ese entonces no lo llamase así) han estado presentes en mí desde muy pequeña, formando mi lógica personal y posteriormente profesional, un modo de enfrentar la vida misma. Esta visión la comencé a incorporar primero de manera inconsciente y posteriormente con una mirada profesional. Seguramente por eso me incline desde la época universitaria a la mirada sistémica en psicología, pues me hacía sentido la visión de la persona como parte de un todo, lo multifactorial de una “problemática”, el Ser como una expresión de muchas áreas de desarrollo posibles y necesarias.
En mi búsqueda de desarrollo profesional, trabajé en colegios, y tuve alguna incursión en la academia; sin embargo, estas experiencias me clarificaron que mi realización estaba asociada a la práctica clínica como tal, es lo que me gusta realmente, y en lo que me siento más capaz y efectiva.
Durante años, trabajé en rehabilitación de adicciones, experiencia muy intensa y grata, de la cual rescato principalmente el ser testigo de la capacidad de cambio de hábitos, de creencias, de vida en definitiva, que tenemos los seres humanos cuando nos lo proponemos. También aprendí la importancia del trabajo multidisciplinario y multifactorial para llevar a cabo un proceso interno profundo y duradero.
Tuve la oportunidad por esos años, de formarme como terapeuta familiar y de parejas, ampliando así tanto mi visión de los fenómenos que involucran a los seres humanos, como también ampliando mis posibilidades de intervención en psicoterapia. Reforzando mi creencia de que nuestros vínculos, y como nos relacionamos, tiene mucho que decir sobre las “cosas” que nos pasan y cómo nos sentimos sobre nuestra vida; sin duda se relacionan con nuestros síntomas.
Posteriormente, fui concentrando mi experiencia clínica en la psicoterapia con adultos y parejas, siempre con el apoyo de las Flores de Bach, recurso que me significa un complemento en los procesos terapéuticos, como catalizador y muchas veces facilitador del trabajo con las emociones.
Desde mi perspectiva, el vínculo que generamos en la consulta tiene un rol primordial en el devenir de la psicoterapia; y creo también firmemente en que cada persona es un mundo y es el principal actor de su propia vida. Considero el espacio terapéutico como un lugar de resguardo y confianza, que permite explorar quién somos, cómo funcionamos en el mundo, y desde el autoconocimiento impulsarnos hacia los caminos que deseamos recorrer, en pleno conocimiento, conciencia y libertad, para así poder enfrentar con tranquilidad y responsabilidad la vida que desarrollar.