Realizo atenciones nutricionales enfocadas en el estilo de vida, las necesidades individuales y la reconciliación con el comer, los alimentos y el cuerpo. Para mí, es fundamental establecer una conexión primero con nosotros mismos, luego con el sentido de la alimentación y la nutrición sin prejuicios ni culpas, enfocada en la calidad de los alimentos y comprendiendo cómo benefician a nuestro organismo ayudándonos a recuperar el equilibrio de nuestras salud. Más allá del conteo de calorías y mucho más allá de la cultura de la dieta, mi mirada se centra en trabajar la nutrición de una manera consciente, sin sufrimiento ni restricciones, para así poder sostener cambios en nuestros hábitos a largo plazo.

      Una experiencia que me marcó profundamente fue en mi adolescencia, cuando fui diagnosticada con resistencia a la insulina y sobrepeso. En ese momento, buscaba orientación nutricional para mejorar mis niveles de insulina y bajar de peso, porque pensaba que bajar de peso resolvería todos mis problemas. Sin embargo, durante mi visita con esta nutricionista, descubrí algo más valioso. Además de brindarme pautas alimentarias, ella mostró interés en mi angustia y salud emocional. Abrí mi corazón y ella me escuchó con compasión. En esa consulta, entendí que la salud va más allá de simplemente comer “saludable”. Ya en mi adultez, con mis experiencias de vida y terapia mediante comprendí que el nivel de angustia y culpa que experimentaba durante los procesos de dieta no era normal. Me di cuenta de que también importaba mi bienestar emocional, espiritual y mental. Entendí que necesitamos encontrar un equilibrio en todas las áreas de nuestra vida, para tener una salud óptima.

      Entonces decidí dedicarme a estudiar y especializarme en un enfoque integral y holístico de la salud, la alimentación y el bienestar personal. Me adentré en campos como la medicina y nutrición integrativa, la nutrición antiinflamatoria, la meditación y los círculos de mujeres. Estas áreas se han convertido en un regalo y en elementos fundamentales en mi vida y en mi enfoque terapéutico como nutricionista.

      En dicho enfoque el estilo de vida tiene un papel clave tanto en la causa como en la cura y la mejora de una enfermedad. Por lo tanto, me importa profundamente cómo vivimos nuestro día a día, cómo gestionamos nuestras emociones, cómo manejamos el estrés, cuánto descanso alcanzamos, cuánto tiempo dedicamos al movimiento y a conectarnos con nuestro cuerpo, con nosotros mismos, con los demás y con la naturaleza.

      También imparto charlas y talleres, abordando temas relacionados con la nutrición y la salud desde un enfoque holístico. Sin embargo, mi atención se enfoca especialmente en organizar encuentros con mujeres y personas disidentes, donde trabajamos en la sanación de nuestra relación con la comida, la nutrición y nuestros cuerpos. Estos encuentros tienen una perspectiva más consciente y compasiva, utilizando la meditación como herramienta principal. 

      Creo firmemente en la importancia de cultivar una conexión profunda con nosotros mismos y encontrar la paz y la armonía en nuestra relación con la alimentación y el cuidado de nuestros cuerpos.