ALIMENTACIÓN DE OTOÑO y Medicina China

En la antesala al período de mayor yin que se avecina, la naturaleza nos invita a la descomposición y a la limpieza, los árboles eliminan sus hojas descomponiéndose en el suelo y los animales cambian su pelaje preparándose para el frío.

Es el tiempo de eliminar lo innecesario, guardando sólo lo que es preciso para el invierno, como una forma de evolución a través de la reducción y de la simpleza.

En el otoño se produce el encuentro entre la luz y la oscuridad, nos acerca a la parte más oscura de nosotros mismos. Si estamos bien (con nuestra luz y sombra) es época de crecimiento. Si, por el contrario, hubo tendencia a la evasión y a la dispersión, puede aparecer el desánimo y la depresión, una especie de “muerte y oscuridad interna”.

Esta estación es gobernada por la energía del elemento metal, se relaciona con la comunicación y los trabajos de la mente, y los órganos que se afectan son los pulmones y el intestino grueso.

Se presenta con los minerales de la tierra que proveen sustrato y riqueza al suelo. De esta forma lo asociamos a sustancia, pureza y estructura, y, al igual que las piedras preciosas que nacen del suelo, el metal nos da claridad mental y luz interna, la que se puede ver afectada por la mucosidad, actuando tanto en el cuerpo como en las emociones a través de la confusión. La misión es prevenir su formación y acumulación.

En términos prácticos, si durante el verano hemos usado y abusado de alimentos fríos, el exceso en nuestro organismo necesitará salir y, cuando la energía empiece a contraerse, en otoño aparecerán más síntomas de resfríos, como una forma de eliminar los excesos y crear equilibrio interno.

Pero ese trabajo, necesario, por cierto, nos hace un poco más susceptibles a gripes y virus de invierno. Sin embargo, cambiando ciertos hábitos facilitaremos la adaptación.

La mucosidad afecta principalmente a los órganos que están más activos en esta época: los pulmones y el intestino grueso. Ciertos alimentos son formadores de mucosidad y la idea es evitar acumulaciones que obstruyan la respiración, creando congestión y flema mental.

Se sugieren comidas simples, que no creen acumulaciones ni residuos, alta en granos y baja en grasas animales y alimentos industrializados, sencilla, sin mucha mezcla, cereales, legumbres, proteínas (animal o vegetal, como tú prefieras) y abundante verdura cocida, dará la opción a nuestro organismo de limpiar y crear equilibrio.

Cocina tus alimentos en horno, suma picantes suaves como jengibre, rabanito o mostaza y elimina lácteos y azúcar.

Las verduras de raíz vigorizarán el intestino grueso: cebollas, coliflor, arroz integral, lentejas y algas son bienvenidas. Las peras eliminan calor/flema, fortaleciendo los pulmones, calman la tos y dolores de garganta. Las manzanas, la menta y la canela en ramas, para preparaciones o infusiones, deben ser alimentos de preferencia.

Bebe suficiente líquido, agua y té rojo. Duerme, así promueves la regeneración celular y fortaleces el sistema inmune (por algo la luz comienza a ser menos intensa).

Prefiere actividad física que te de sensación de bienestar y recurre a la acupuntura para nutrir y fortalecer el Qi de los meridianos de pulmones e intestino grueso.

 

Ma. Ignacia Ramírez A.

Prof. De Ed. Física – Instructora de Taichi

Acupunturista

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