El lenguaje del cuerpo
Nuestro cuerpo es un espacio, un espacio de la piel hacia adentro. Un espacio lleno de espacios, desde el espacio craneal o torácico hasta el espacio de cada órgano y de cada célula.
Cada uno de estos espacios tiene una cobertura, por ejemplo las costillas en el tórax, o la membrana en las células.
La salud tiene mucho que ver con que cada cosa esté en su lugar, que tenga el espacio suficiente para funcionar y a la vez la contención protectora y ordenante necesaria. Y también con que estén abiertas las vías de comunicación entre células, entre órganos, entre las distintas partes del cuerpo.
Dentro nuestro hay una movilidad continua de agua, materiales e información, en todo momento se dan cambios que buscan la homeostasis y siguen un orden, mantienen el equilibrio ante las condiciones cambiantes del día a día.
El cuerpo tiene un lenguaje sin palabras, mediante su postura, sus gestos, la textura de sus tejidos, su forma de moverse y funcionar, su forma de descansar, y de respirar, nos explica su historia, sus decisiones, sus preferencias, sus dificultades.
La escucha en la Terapia Biodinámica Craneosacral (BCS)
En BCS entrenamos las manos para sentir los movimientos internos, las vibraciones corporales, sus ritmos, sus cualidades. Es como poner las manos en el mar y cerrar los ojos: aunque no lo vea, sentiré el movimiento de las olas, las corrientes, los peces que pasan cerca. Todo genera unas ondas que mi mano puede sentir (de promedio, somos 70% de agua).
En el cuerpo, cada tejido tiene una textura y unas propiedades diferentes, es muy diferente el tejido de los huesos del tejido de los riñones o del de una arteria. Así, cada tejido se mueve a su propia manera, y esto nos permite diferenciarlos y comprender las ondas que sentimos.
El objetivo de esta escucha es acompañar con precisión, adaptar la mano a lo que está ocurriendo y ofrecer el apoyo que la persona necesita en este momento.
La premisa es que el cuerpo tiene toda la información para estar bien, si no puede acceder a ella es por el estrés, la contracción, las reacciones a los eventos de la vida que no se han podido resolver, o por falta de fuerzas. No siempre es algo consciente, ni que se pueda resolver solo con la voluntad. Y a veces son patrones de tensión heredados familiarmente, o que tienen que ver con el entorno en el que la persona creció o vive en este momento.
El tacto consciente, preciso, con el respeto y el apoyo adecuados, ayuda al organismo de la persona a reaccionar y a encontrar maneras más óptimas de funcionar. Además, facilitamos que la persona aprenda a sentirse y a acompañarse a sí misma, lo cual regula al sistema nervioso y ayuda a centrarse y a fortalecerse.
También atendemos al campo electromagnético corporal, especialmente observamos unos fenómenos a los que llamamos mareas, las cuales, de manera rítmica, mueven sutilmente nuestras aguas, haciendo que las aguas muevan los tejidos blandos y finalmente también los duros. Esta observación nos permite chequear y aumentar la vitalidad de la persona, y también es un factor ordenante del cuerpo.
La presencia terapéutica
El tacto consciente, el tipo de escucha y de acompañamiento que ofrecemos desde la BCS, es posible porque trabajamos en estado meditativo, dedicamos tiempo a cultivar nuestra presencia, nuestra calma, el espacio interno y el centramiento.
“La presencia crea el campo para la relación terapéutica. La presencia es una cualidad fundamental que el terapeuta aporta a la relación y, como tal, puede ser una de las fuerzas más poderosas en el proceso curativo (…) La capacidad de aceptar a otro ser humano con todas sus fragilidades y asperezas, y con la crisis actual que le ha llevado a pedir ayuda, significa llegar al núcleo profundo de nuestra compasión y, a partir de ahí, realizar un acto de cuidado consciente”.1
Somos nuestra propia herramienta de trabajo: Nuestra manera de estar, nuestra capacidad de sentir, nuestra capacidad de apoyar. El contacto principal con la otra persona son nuestras manos, también está nuestra voz y nuestra mirada. Todo influye en que la persona consultante pueda sentir que tiene un espacio para desplegarse, para encontrarse, un espacio de seguridad que permita un descanso profundo que abra la posibilidad de cambiar hábitos internos, de reordenarse, de vitalizarse, de resolver zonas traumáticas.
Ser terapeuta de Biodinámica Craneosacral es precioso y, a la vez, es un desafío continuo, un aprendizaje diario, nuevos matices aparecen, la escucha del cuerpo y su comprensión es inagotable, se aprende en cada momento, en el contacto con otras personas y también con el propio organismo.
Como dice A. Rams, desde la Terapia Gestalt, “Aprender a respirar la vida, tanto como a ponerle corazón a los pensamientos y acciones. Entrenarse en el sostenimiento de lo propio en relación con la otra persona, al tiempo que un@ está en contacto y mirando o viendo a ese otr@ (…), la transmisión por contagio de la actitud de intento de veracidad hacia un@ mism@”2
Características de la Biodinámica Craneosacral
Suele atenderse en camilla, con la persona vestida. La persona terapeuta colocará sus manos suavemente en pies, cabeza, espalda, etc. En una sesión, lo que suele sentir al inicio es una relajación profunda. Después puede haber más movimientos y se termina otra vez en relajación.
Si bien la aproximación es desde lo corporal y desde el campo energético, sus efectos se dan también en los aspectos emocionales y mentales, ya que están imbricados en lo corporal. A veces se recomienda complementar la terapia con otros apoyos profesionales, dependiendo de la situación de la persona y de sus fuerzas y recursos personales.
Puede beneficiar a personas con estrés, fatiga, dolor crónico, inflamación. Y también a personas con disfunciones respiratorias, ginecológicas o digestivas, entre otras.
Esta terapia se desarrolló inicialmente en EEUU y Gran Bretaña, mientras que actualmente cuenta con practicantes y asociaciones en muchas partes del mundo. En Chile hemos iniciado el camino de crear una asociación.
Proviene sobretodo de la Osteopatía, y las personas que la han desarrollado han recibido aportes de tradiciones antiguas como la de la cultura Shawnee de América del Norte3, así como del Ayurveda de la India, del Budismo y de la Medicina Tradicional China. Asimismo, ha incorporado los conocimientos de la Teoría Polivagal, respecto al estrés y al trauma, y también comprensiones de la embriología y de la psicología pre y perinatal.
“El cuerpo nos brinda este hermoso viaje.
Sin él no habríamos emprendido el camino.
El cuerpo es el instrumento a través del cual suena la vida.” Nazareth Castellanos4
Núria Buch. Terapeuta y profesora de Biodinámica Craneosacral, reconocida por la Asociación Española de Terapia Biodinámica Craneosacral. Enfermera, terapeuta de Polaridad y Gestalt.
Roger Gilchrist. La Terapia Craneosacral y el cuerpo energético. Una visión global de la Biodinámica Craneosacral. Gaia Ediciones1
Albert Rams. Clínica Gestáltica, Metáforas de Viaje. Ed. La Llave2
Nita M. Renfrew.Traditional American Indian Bodywork, the Origin of Osteopathy, Polarity, and Craniosacral Therapy. A Journal of Contemporary Shamanism, Vol. 8, #1, Spring-Summer 20153
Nazareth Castellanos. Neurociencia del cuerpo. Cómo el organismo esculpe el cerebro. Ed. Kairós4
Te interesa la formación en terapia biodinámica craneosacral?
Muy bueno el artículo como sanar nuestro propio cuerpo y darle atención. Quéi teresnte Gracias por el aporte
=)
Que bonita e interesante aproximación para comprender a nuestro cuerpo. Me encanto el enfoque de como el terapeuta acompaña al paciente a sanarse.
Gracias Susana!