“es que ella quiere hacer lo que ella quiere”
(marido de consultante por violencia en la pareja, año 1996)
#NoHayExcusa es la declaración 2023 de la campaña que cada año se lleva a cabo en el mes de noviembre a nivel global. Dieciséis días de acciones orientadas a difundir, enseñar e invitar a la reflexión y la acción para detener una de las violaciones a los derechos humanos más extendidas en el planeta.
Cada año, también, se repite la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de la ONU en 1993, que define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.”
Las estadísticas siguen mostrando que 1 de cada 3 mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos 1 vez en su vida (alrededor de 736 millones de mujeres). Las estadísticas siguen sin cambios.
Aunque todas las mujeres, en todas partes del mundo, pueden sufrir violencia de género, algunas mujeres y niñas son particularmente vulnerables: las niñas y las mujeres más mayores, las mujeres que se identifican como lesbianas, bisexuales, transgénero o intersex, las migrantes y refugiadas, las de pueblos indígenas o minorías étnicas, o mujeres y niñas que viven con el VIH y discapacidades, y aquellas en crisis humanitarias.
Igualmente, cada año y en cada campaña, se recuerda que la violencia se manifiesta de forma física, sexual y psicológica e incluye:
- violencia por un compañero sentimental (violencia física, maltrato psicológico, violación conyugal, femicidio)
- violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético)
- trata de seres humanos (esclavitud, explotación sexual;
- mutilación genital
- matrimonio infantil
Estos números, estas repeticiones, este traer a la memoria, el corazón y las acciones a las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, son un recordatorio de cómo, pese a las intenciones y trabajo constante por hacer cambios en nuestros modos de relación, hay creencias y formas de considerar el valor y los derechos de las personas que aún es necesario reflexionar y conversar, para transformar y transformarnos.
Cuando el marido de la consultante que atendía (año 1996) me dijo “es que ella quiere hacer lo que ella quiere”, como justificación para que él le gritara, la descalificara y la golpeara, lo hizo con congoja, casi con angustia, buscando que le encontrara razón. Él realmente pensaba que su pareja estaba transgrediendo algo “natural”: ella “tenía” que pedirle permiso para estudiar, ir a ver a su familia o juntarse con sus amigas. Cuando le pregunté si a él le pasaba que también quería hacer lo que él quería, me miró sorprendido. Una obviedad. “Pero es que es distinto”.
Como cada año, las propuestas son seguir preguntándonos, cuestionar las creencias que otorgan un estatus de derechos diferente para distintas personas, volver a revisar cómo avanzan (o no) las políticas, los desarrollos de estrategias para crecer en este camino de respeto por los derechos y el cuidado de las mujeres y las niñas.
Al estar normalizado que las mujeres y las niñas (y todas las disidencias) tienen menos derechos, sólo por ser mujeres y disidencias, es necesario prestar atención focalizada y tranquila para poder ver esas normalizaciones, cuestionarlas y poder avanzar. Es un prestar atención y preguntarnos, con toda la frecuencia posible, qué es lo que hace que el derecho a ser, a decidir, a tener autoridad sobre sí misma se vea y sienta distinto.
Se debe trabajar en la prevención es algo que también sabemos, porque no parece haber más opción que cambiar las formas culturales, las creencias, las verdades instaladas e incuestionables… ¿el problema? el informe 2023 de Naciones Unidas acerca de la situación es que “resulta alarmante la escasa cantidad de recursos económicos que los países están destinando. Tan solo un 5% de la ayuda gubernamental mundial va destinada a la violencia de género y se invierte menos del 0,2% en su prevención.”
Mientras las políticas macro logran pasar de declaraciones a presupuestos significativos, que sustenten las acciones requeridas en todos los niveles para educar en derechos, no-discriminación, integración, respeto y diversidad, deberemos seguir sosteniendo acciones a nivel local, comunitario y personal, favoreciendo la promoción de aprendizajes, reflexiones y compartires que nos permitan seguir avanzando, para que esa 1 de cada 3 mujeres que vive violencia física y/o sexual hoy en el mundo, llegue a ser 0.
Nos encontramos en el 25 de noviembre del próximo año.
#NOHAYEXCUSA
Ps. Edith Saa, CasaFen
Fuentes e información adicional:
https://www.un.org/es/observances/ending-violence-against-women-day
https://www.ohchr.org/es/instruments-mechanisms/instruments/convention-elimination-all-forms-discrimination-against-women