Reflexiones de agosto temprano - CasaFen (1)

Reflexiones de agosto temprano

Y como también hay que pasar agosto en medio de esta crisis que nos aqueja, anhelando un  septiembre más ligero,  una primavera algo más leve en la marea actual de la pandemia, le hemos dado vueltas a algunos temas que hay que poner en nuestros tapetes del día a día y darle espacios para que podamos pensarlos, tal vez remediarlos o afrontarlos, tal vez dejarlos ir.

Y todo en la óptica que las crisis actuales son oportunidades para remirar sentidos-propósitos en la vida, reagendar rumbos y tener  una cotidianidad más ligera, en compañía de otr@s, así sean “virtuales”.

1. Vivimos tiempos de Incertidumbre, es decir, tiempos de falta de seguridad, de confianza o de certezas. 1. Y las maneras, singulares, de afrontarlos es fomentar nuevas certezas posibles, buscarlas en mi propia humanidad,  en las conversaciones con l@s cercan@s. Certidumbres temporales y tal vez mínimas, por cierto.

Y en ello puedo ajustar mis rutinas, los pequeños planes de un plan maestro.

Y también considerar cuáles son mis motivaciones anclas. Y desarrollar las nuevas formas de cuidar-nos.

 

2. Estamos experimentando la muerte de seres querid@s, de cercanos.

Incluso nos afectan las miles de personas muertas en nuestro país.

 

2. Esto considera dar cabida a mis dolores y a mis impotencias. Llorar, despedir con algún rito a mis muert@s.

Ponerme “en silencio” al mundo por un rato.

Escribir cartas.

Pedir apapaches/consuelos/ entrar en proceso terapéutico.

 

3. Estamos viviendo pérdidas afectivas, financieras, de proyectos. Pérdidas de cotidianidad con nuestra gente, con nuestras comunidades.

En algunos casos, pérdidas del sentido  más global de la existencia.

 

3. Podemos reevaluar  su significado, su espesor en mi vida, revisar alternativas.

Así como darle cabidas a esas ausencias. Es un largo camino con curvas. Implica dar espacios internos  a las grandes preguntas que, en los frenesíes anteriores, no dejaban estar presentes: ¿Quién soy ahora?, ¿dónde y cómo quiero conducir mi vida?, ¿hay algo que a mi edad este pendiente?, ¿qué me hace feliz?

 

4. Según algunos, nuestros singulares cursos de vida siguen trayectorias, etapas más o menos definidas: infancia, adolescencia, juventud, adultez y vejez.

Con puntos de inflexión. Con puntos de transición. Y con los estreses que ellos implican. Distintos para cada ser humano. Distintos dependiendo de en qué fase me encuentre y si otr@s dependen de mí.

 

5. En estos largos meses hemos sentido miedos de distintas magnitudes: a morir, a enfermar, a perder algo. Somos finitos y frágiles.

Tenemos ansiedad respecto a que la situación empeore. A salir de casa después de largos confinamientos o aislamientos. Y la posibilidad cierta de re- confinamientos.

4. El escenario actual acentúa esos puntos de transición, de inflexión en nuestras vidas. Y lo excepcional es que es global. Entonces, una pregunta válida es preguntarme qué quiero hacer hoy y qué quiero hacer mañana, asumiendo la gestión de mis asuntos y de mi crecimiento.

 

 

 

5. Ello conlleva entonces a darles espacios a esos temores y ansiedades, a precisarlos y compartirlos.

Pedir S.O.S.

Nadie es invulnerable.

Y caminar de nuevo con amabilidad.

Con todos los cuidados requeridos.

Y respirar a todo pulmón, aún con mascarillas.

Si cualquiera de estas emociones, estos sentimientos y las reflexiones que surgen, nos sobrepasan y no podemos afrontarlos sol@s o con nuestra gente cercana, se puede pedir ayudas especializadas.

Y también, como recurso vital, dar espacio a las ternuras para mejorar el mundo, éste que habitamos. Lo decía bellamente Olga Tokarczuc al recibir el premio Nobel de literatura el año 2018: “la ternura personaliza todo con lo que se relaciona, lo que hace posible darle una voz, darle el espacio y el tiempo para que exista y se exprese…la ternura es la forma más modesta del amor…es una forma de mirar que muestra el mundo como vivo, interconectado, cooperando y codependiente de sí mismo”.

Y una conclusión no definitiva: estamos escribiendo una nueva realidad. Queramos o no, es una vida distinta la que se prefigura y que genera cambios con otres y con el entorno.

 

Psicóloga. Ana Cáceres Orellana. Agosto 2020

@Ana_dédalos