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Las manos como agentes terapéuticos

Se acerca el fin de año y, con él, un período sumamente complejo y diferente para la gran mayoría de las personas debido a los cambios que ha traído consigo la pandemia. Y, de una u otra forma, puede ser que todo aquello se manifieste en  una sobrecarga no sólo en la esfera emocional, espiritual o psíquica, sino también, o quizás únicamente, en la dimensión física de la persona.  

En esta esfera, la corporal, existen muchas funciones que pueden verse alteradas, entre éstas, por dolencias que generan restricción de movilidad, cosa que bien podría estar sucediéndole a muchas personas a estas alturas del año. Puede ser una alteración articular, de tejidos musculares, óseos o conjuntivos y nerviosos, pero la Terapia Manual Ortopédica (TMO) “no pone el foco en el dolor, si bien es lo que usualmente más le molesta al consultante. Esto porque el dolor es el síntoma y se podría solucionar tomando un analgésico, pero ahí no se acaba el problema y lo importante es poner siempre a la persona en el centro”, nos explica el kinesiólogo y especialista en TMO de CasaFen, Felipe Morales.

Entendiendo que lo que nos ocurre a nivel físico puede tener diversas causas, desde el cómo nos alimentamos, si nos sentimos en tranquilidad o tenemos preocupaciones, hasta el equilibrio sistémico, el sueño, y tantas otras cosas, cuando de “tejidos blandos” se trata, la terapia manual es una interesante alternativa

La Terapia Manual Ortopédica (TMO) es una ciencia o disciplina encuadrada en el ámbito de la ortopedia que se basa en el diagnóstico de la disfunción mecánica o lesión, es decir, trata de identificar todas las funciones que se ven alteradas como producto de una dolencia caracterizada por la restricción de movilidad total y/o la alteración de la función total o parcial de un tejido.

Esta terapia es un elemento diferenciador dentro de la kinesiología y constituye también una parte importante de la fisioterapia, vista como un conjunto de técnicas, métodos y actos con fines terapéuticos y preventivos que el especialista aplica con sus manos sobre la persona.

Su uso se refiere tanto a la exploración como a los tratamientos kinesiológicos  e incluye la manipulación/movilización utilizados por kinesiólogxs, terapeutas físicxs o por fisioterapeutas para diagnosticar y tratar tejidos blandos, estructuras articulares, estructuras del sistema nervioso central y periférico, y vísceras.

Hay que destacar aquí el carácter científico que tiene esta terapia, por lo que está enmarcada dentro de las ciencias de la salud. La mirada que la Medicina Integrativa tiene sobre la TMO es que la o el profesional formadx en ella realizará una historia clínica completa a través de una extensa consulta junto a una exploración física con un fin diagnóstico de valoración de los tejidos de la persona que consulta para así, de forma general, conseguir una mejora en la funcionalidad global de la persona.

Si bien la TMO, tal como la conocemos hoy, tuvo su auge poco después de 1970, los primeros indicios de su origen fueron en la Antigüedad, con los pueblos chinos y egipcios. En las últimas décadas su desarrollo se ha fundamentado también en el estudio de las neurociencias y de la esfera psicosocial. Por tanto, aborda restricciones y alteraciones de la movilidad que tienen un impacto positivo en la calidad de vida de la persona.

Los resultados que se buscan obtener de esta evaluación y tratamiento, de forma directa y/o refleja, son reacciones fisiológicas que equilibren y normalicen las diversas alteraciones musculares, osteoarticulares, orgánicas y funcionales, así como sus manifestaciones dolorosas.

Los propósitos específicos de esta especialidad o enfoque clínico son:

  • Evaluar la movilidad del tejido neural, las articulaciones y los tejidos blandos.
  • Evaluar los patrones de movimiento.
  • Movilizar o manipular los tejidos blandos y articulaciones.
  • Reducir el edema del tejido blando.
  • Modular el dolor.
  • Aumentar el rango de movimiento del complejo articular.
  • Reducir o eliminar la inflamación.
  • Inducir la relajación, promoviendo la reparación del tejido en estructuras contráctiles y no contráctiles.
  • Mejorar la extensibilidad y/o estabilidad de los tejidos, disminuyendo la restricción en el movimiento y cambiando y mejorando la función muscular.

Las indicaciones para su aplicación van desde limitaciones del juego articular (hipomovilidad), hasta afectaciones nerviosas, pasando también por sensación terminal anormal, hipermovilidades, disfunciones musculares, tendinosas y ligamentosas, alteraciones articulares mecánicas y bloqueos articulares.

Entre las principales características de este método está el hecho de que se confirma el diagnóstico inicial con un tratamiento de prueba de bajo riesgo, siendo un procedimiento adicional de evaluación. Además, tiene múltiples técnicas de tratamiento que pueden ser ejecutadas en una sola sesión.

Otra característica interesante es que se le da gran importancia a la correcta mecánica corporal del fisioterapeuta, sobre todo porque se trata de que éste utilice sus propias manos terapéuticamente y de forma rigurosa, metódica, entrenada y científica. Esto lo hace a partir de la anamnesis (conjunto de datos que se recogen en la historia clínica de un paciente con un objetivo diagnóstico) minuciosa y detallada, del estudio, exploración y valoración de la persona que consulta y a partir de pruebas complementarias, todo ello en beneficio del bienestar integral de la persona.

 

Raimundo Undurraga Barros

 

Fuentes:

https://www.efisioterapia.net/articulos/conceptos-terapia-manual-ortopedica

http://www.terapiamanualchile.cl/?node=tmo.qtmo

https://www.efisio.es/terapia-manual-ortopedica/

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1293296514681755